New york, New york.
Eres un monstruo de concreto y promesas
de luces infinitas,
de olores imposibles.
Nada de ti es mesurable.
Creces, descontrolada,
hacia donde la tierra te lo permita
y donde no, tambien.
Creces, y te iluminas,
reunes, y te reinventas.
En ti se citan los eternos opuestos,
en ti se reunen los contrastes del mundo.
Eres, New York,
sede de la fiesta del mundo,
tan blanca y tan negra
como la misma naturaleza humana.
Tan misteriosa, tan eterna,
tan palpitante como la vida misma.
Atacas directo a los cinco sentidos...
Invitas sin miedo a los siete pecados.