Tormento, te bauticé en una noche oscura
Le puse tu máscara al dolor de mi cuerpo
Tormenta me llamé al sufrir tu inclemencia
Luchamos enfrentados en un solo trueno.
Huracanado, nuestro amor enfurecido
No dejó a su paso nada parado.
No tuve entonces una espada fulminante
No tuviste un escudo a mano
Para cuando hubo luz ahí estabas tú
Amaneció y ahí estaba yo:
Tormenta y tormento
De sus armaduras despojados
Y vi tu amor claro, simple y desnudo
Como la mirada cansada al despertar
Como el brazo que envuelve mi descansar.
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