sábado, 25 de abril de 2009

estado del arte

Heroicamente me siento hoy, de nuevo, a escribirle al amor. Heroicamente porque, después de todo, diciendo la palabra todo con toda propiedad… sigo romántica. Aquí voy.


Deshaciendo marañas de historias, retrocediendo sobre mis pasos, vuelvo poco a poco a mi esencia. Vuelvo a los días en que los besos eran sinceros y las palabras no usaban maquillaje. Vuelvo a las deliciosas horas en las que el placer se entregaba a algo relevante. A esas horas tan cortas, en las que aún era capaz de mostrarme. Desnuda, a corazón abierto.


Habiendo recorrido este trecho en mi escogido camino de la irrelevancia, casi no alcanzo a ver hacia atrás a la niña que amaba. Me pregunto, a veces, si podrá hacer un pacto con la mujer autosuficiente, si podrían las dos bajarse de su nube idealista y encontrarse en el medio.


La mujer dice que logrará su tregua cuando algo en su interior se apacigue, cuando se aclaren las turbias aguas de sus contradictorios deseos. La niña, obstinada, aún espera al hombre que logre hacer callar a esta odiosa (pero determinada) mujer.


(Me senté a pensar en el amor, y terminé por psicoanalizarme...)


2 comentarios:

Pancha dijo...

evantualmente llega ese hombre que nos hace enmorarnos como idiotas. así dicen que se enamoran las inteligentes.

cuando te sacan de tus casillas tan bien definidas, cuando te sacan de tu feminismo tan bien incorporado.. es aí cuando te cae la teja y piensas: éste debe ser el hombre para mí.

cuando vuelva la niña, te aseguro que él será el primero en verla.

un abrazo,
como siempre... antes de una prueba.

Pancha.-

Camily dijo...

=)