Aclaración: No suelo ventilar historias particulares en este espacio, no suelo decir nada con todas sus letras. La mayoria de los implicados y sus pasos por mi vida permaneceran anonimos, salvo este. Hoy no vengo a buscar estética, sino más bien respuestas.
Dentro de todas las formas de busqueda de afecto (o lo que sea que se obtiene con el random dating o joteo), nunca habia experimentado el
"amor" a primera vista. Curiosamente, todo sucedio en una disco, escenario de tantos encuentros irrelevantes. Por alguna razón, ambos supimos en ese instante que esto se desarrollaba dentro de otro contexto. Por alguna razón, nos dedicamos a mirarnos directamente a los ojos por un lapso interminable, por alguna razón él, un soldado israelí que no hablaba español y que dejaba Chile en 48 horas, me hizo sentir más acompañada que nadie en mucho tiempo.
A pesar de que la cosa no pasó mucho más allá de las miradas, quedé invitada a Israel, y, cuando al día siguiente vino a mi casa a despedirse, yo me sentía devastada por no tener más que un momento para abrazarlo, ya que era (para variar) de vida o muerte estudiar aquella noche. Las declaraciones y detalles me los guardo, pero quiero recalcar que la cosa era fuerte, y mutua. Mágico. Hasta que, como buena sicopata del siglo 21, me metí a revisar su facebook.
Y ahí encontré esto.
En la foto, uno de sus compañeros en el ejército se burla de un prisionero, vendado y maniatado, poniendo una revista porno o algo parecido en su cara. Al lado hay dos prisioneros más, uno de ellos es un niño que parece tener unos 11 años.
Entonces toda esta historia adquirió otro tipo de significado. La verdad, de insignificancia.
De ironía. Esa persona, el hombre más dulce que había conocido, era en realidad un representante de todo lo que se puede repudiar en la vida, para quienes decimos respetarla, y sobre todo para quienes la estudiamos, y nos sacamos la mierda en un intento de preservarla, de hacerla más digna, funcional... sana.
No sólo se dedica a aniquilar, con un bum, el don de la vida. Lo disfruta, lo banaliza. Se siente en el derecho de decidir quién lo merece. Suspiré y soñé con un asesino.
Luego de las nauseas, me llené de preguntas.
¿Cómo pudo él, un niño de familia, hermanas, amigos, convertirse en esto?
¿En qué punto el ejército dejó de ser un deber y se convirtió en un hobbie?
¿Bajo qué criterios decide él quien es su par, un ser digno de respeto, y quien es infrahumano? Y sobre todo...
¿Cómo puedo yo vivir mi vida pendiente de tantas cosas irrelevantes al mismo tiempo? Esto es real! Esto es una guerra, en vivo y en directo desde facebook, una guerra que se viene arrastrando y se prolongará por años, destruyendo vidas y creando mounstruos como mi amor furtivo. Desde ambos lados, se seguirá atropellando y violando todo lo que, como futuros médicos, luchamos por mantener, todo lo que asumimos como derecho y que nunca hemos visto en riesgo: la oportunidad de vivir con dignidad.
Definitivamente, un nuevo punto de vista. Probablemente en un tiempo volveré a publicar mis reflexiones y atados sobre las pequeñeces de la vida y las vicisitudes de pasar a la adultez. Porque puedo hacerlo, porque tengo la suerte de poder dedicarme a vivir sin temer que un bum termine con todo.